“Hubo momento en el que opté por emigrar, opté por embarcar en busca de otro lugar”.

Green Valley

Comienzo con esta pequeña frase que sale de una canción llamada soledad de Green Valley, un artista que en muchas de sus canciones enseña y deja entrever un modo de vida, modo que trato de seguir sin dejar de lado mi esencia

En este artículo corto solo quería dar mi punto de vista sobre la programación y la ingeniería de sistemas en mi corta experiencia en esta área. Como lo dije al comienzo del articulo hubo un momento en el que opté por emigrar: mis planes habían estado en el mundo de las matemáticas, incluso las estudié por un par de semestres, pero siempre tuve cierta inclinación y un gusto particular por la programación. En algún momento de mi vida decidí dejar las matemáticas puras y estudiar ingeniería de sistemas, motivado por cada código realizado, por cada “semi-proyecto” terminado, por cada “accepted” en un problema de programación y por muchas otras apasionantes razones.

En fin, veo que dicha motivación se ha ido apagando lentamente por cada una esas líneas de código que no valoran la mayoría de los profesores, por cada proyecto que según ellos está mal cuando no tiene un gigantesco diagrama UML, porque los problemas resueltos y los videojuegos creados no interesan en esta carrera, porque los programadores somos simplemente "pega-ladrillos".

Creo que muchas cosas en la ingeniería de sistemas no son lo que pensaba, no son lo que creía. Sin embargo, seguiré con mi camino, un camino en el que a cada paso me decepciono más de la tecnología obsoleta que seguimos usando, de las malas políticas que rigen la profesión en estos países, de que nos siguen formado como robots para trabajar, de que no se incentiva al estudiante a crear para la vida sino a trabajar por una nota.

Y con cinismo se sigue escuchando ese ridículo mensaje: “el ingeniero es un solucionador de problemas e innovador”. ¿Quién dijo que innovación tecnológica es un cliente pidiendo que le hagas el mismo software de toda la vida? Creo yo, que ahí radica el problema de la ingeniería de sistemas en nuestros países: no somos formados para crear sino para obedecer, como dijo Alex Torrenegra hace ya algún tiempo (y ojo que esto aplica para casi todo latinoamérica).

Ah y por cierto, aunque los matemáticos, los físicos y los químicos menosprecien nuestra carrera, ni siquiera otro programador sabe hasta dónde pueden llegar nuestros códigos, como dijo Dijsktra: "La programación es una de las ramas más difíciles de las matemáticas aplicadas, los pobres matemáticos mejor hubieran seguido siendo matemáticos puros".