Se ha tomado el camino fácil uniformando a todos, estudiantes y profesores. En la semana n veremos x tema, en la n+1 lo evaluaremos con este formato. ¡Hay que garantizar que todos sepan lo mismo! Por eso nadie se sale ni una coma de lo que la burocracia de turno indica. Si el profesor tiene algo más que aportar a sus estudiantes, ¡que se lo reserve! En la academia no importan las experiencias personales, ya estandarizamos que debeís decir, cuándo y cómo. Ahora, si un estudiante intenta otro camino, está mal, ¡aquí enseñamos un método que todos deben saber!

A cada rato nos hablan de las ventajas que traerán los estándares y las supuestas metodologías de futuro: "en unos años el nivel será como el de x o y universidad", cómo si las condiciones sociales, económicas y políticas en todas partes fuesen las mismas; o aún más grave, como si el modelo perfecto de universidad ya existiese.

Pocos parecen preguntarse, ¿qué hemos conseguido realmente? Desde lo humano, es innegable que sólo hemos robotizado a los profesores, que quitamos la emoción de las clases, que mutilamos la espontaneidad del aprendizaje en los salones. Los exámenes no confrontan al estudiante para que resuelva retos apasionantes, en los que debe usar su creatividad a fondo, sólo se limitan a lo que dice el mediocre estándar. Peor aún, se oye en nuestros pasillos a estudiantes que parecen más preocupados por competir entre ellos mismos a causa de una nota que por trabajar juntos y crear cosas realmente útiles para el mundo.

La triste verdad que no se puede esconder es que estamos matando la creatividad de nuestros genios, ahogando las expectativas de nuestros emprendedores y destruyendo los sueños de los estudiantes que con gran esfuerzo entran a la universidad.

El problema de fondo, es que detrás de un escritorio es imposible saber la respuesta a la pregunta que realmente debería guiar la universidad: ¿qué es lo que realmente impulsa a nuestros estudiantes a sacrificar horas de ocio por sentarse en un pupitre a intentar aprender? Para mí es claro: tener un futuro mejor así no se esté dentro del estándar.